En Febrero el amor anda suelto por las calles de la ciudad, se aprecian arreglos florales, osos de peluche de diversos tamaños, chocolates; los restaurantes que abren sus puertas para que las parejas pasen una hermosa velada. Llegó San Valentín, fecha que recuerda lo importante que es celebrar el amor y recordarles a las personas que amamos el cariño que les tenemos con pequeños detalles u ostentosos regalos; todo depende de los gustos de cada uno y de sus posibilidades económicas y de distancia.
Incluyo la distancia, porque, aunque pareciera para muchos, que la contingencia ya terminó, no es así; sin embargo los culichis somos expertos en actuar como si no pasara nada, pero siempre pasa de todo. Por lo que supongo que serán pocas las parejas que decidan no tener una celebración como normalmente la tendrían e inventarse nuevas formas para celebrar el amor utilizando las nuevas tecnologías que nos acompañan en nuestra actualidad.
Cuando hago mención sobre que siempre actuamos como si no pasará nada, aun sabiendo que pasa de todo; no puedo evitar preguntarme, sí en las relaciones amorosas sucede lo mismo. Muchas cosas suceden alrededor de una relación, malos entendidos, celos sin fundamentos, reclamos burdos… a veces, gracias a la imposibilidad de comunicarnos, de expresar lo que nos aqueja dejamos pasar pequeños detalles que poco a poco van fracturando la relación, hasta que por fin la quiebra completamente y el rompimiento parece ser la solución más viable.
Todas las parejas pasan por situaciones complicadas, y justamente el enemigo de estas situaciones es la suposición, suponer que el otro sabe lo que quiero o lo que necesito, se supone que el otro me conoce bien y por lo tanto sabrá cómo solucionar el problema, lamentablemente aún no conozco a alguien que conozca a su pareja tan bien como para saber realmente cuáles son sus necesidades, qué le molesta; si lo pensamos bien, todos esos malos entendido pueden hacernos desear no querer estar más con esa persona, incluso sentir que nos desagrada.
Pareciera que el desagrado acompaña al amor. Justo cuando aceptemos que a veces nos desagrada la persona que amamos, dejaremos de actuar como si no pasara nada, al menos en el amor. Quizá la clave esté en idealizar menos al amor, y a las personas, que al final de cuentas solo son una invención nuestra.
Psic. Diana Sugey Mendoza Cital. Maestrante en la Maestría Investigación Educativa. Redes sociales: www.facebook.com/dianacital/ ; Instagram: Sugepurple_; correo: psicologadianamendoza@gmail.com