= Lo que nos faltaba, el comentario general
= Sismo de 4. 6 grados, no fue poca cosa
= Por fortuna ni daños humanos ni materiales
= Buen momento para trabajar al respecto
= Un recorrido por los temblores de Culiacán
Jorge Luis Telles Salazar
En mis 70 años de transitar los caminos de la vida en Culiacán -con algunas moderadas ausencias- prácticamente me ha tocado experimentar todos los movimientos telúricos reportados por la estadística a lo largo de este trayecto y tengo que confesarlo: ninguno tan fuerte como el del miércoles pasado, minutos después de las 20: 00 horas.
Debido al auto toque de queda, que nos hemos impuesto los residentes de esta gran ciudad, creo que todos, o cuando menos una inmensa mayoría, gozábamos ya del calor y la intimidad de nuestras casas, así que la experiencia fue unánime, con algunas muy contadas excepciones: todos lo sentimos.
Primero, un rumor sordo, a lo lejos, previo a una primera sacudida, un par de segundos de calma y luego las edificaciones que se estremecen hasta sus cimientos, en algo comparado con el paso cercano de un ferrocarril. Duraría ¿Qué? Tres o cuatro segundos, los suficientes para captar, de inmediato, que se trataba de un sismo y que teníamos que obrar en consecuencia: salir a la calle, sin tiempo que perder.
Luego, un espeso silencio, roto casi de inmediato, por el estupor, murmullos y comentarios de altos decibeles en la vecindad, al tiempo que los teléfonos celulares se saturaban en su servicio con mensajes de texto en todos los tonos y con llamadas entre padres e hijos, fundamentalmente; entre amigos cercanos y entre familiares de diferente jerarquía.
Gradualmente volvió la calma y la gente a sus hogares. Afortunadamente las noticias eran buenas: ningún daño humano, ni material. Solo el susto y el comentario generalizado:
-¡Lo que nos faltaba…!
-0-
¿Qué sólo fue de 4.6 grados en la escala de Richter? ¿Qué muchos sismos de esta magnitud se registran con frecuencia en la zona central de la capital del país y casi todos los días en diferentes partes del mundo? ¿Qué un sismo como estos no causan ningún tipo de daños, ni materiales, ni humanos?
Si.
De acuerdo; pero sucede que aquí, a pesar de ser una región sísmica -influenciada por la temida falla de San Andrés- los temblores son hechos aislados, tanto que no permiten acostumbrarnos a su presencia. Suceden cada tanto tiempo, aunque ya en los últimos años los registros han aumentado de manera notable.
Recuerdo el primero, por allá en el verano de 1968 (a pocas semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos), en una clase de Español de la escuela secundaria ETIC 23 -la inolvidable “Prevo” – ya en las recién inauguradas instalaciones del Instituto Regional de Culiacán: las celosías de los anchos ventanales, se cerraron ruidosamente, al tiempo que los escritorios individuales eran objeto de un fuerte movimiento. “Tembló en Culiacán”, nos dijo el maestro de la asignatura siguiente.
Una vez, en la planta alta del edificio del Congreso del Estado -de visita con el licenciado Jacinto Pérez Gerardo – el piso como que se movió hacia arriba y hacia abajo, secundado por el clásico ruido del terremoto trepidatorio.
En otra ocasión, me tocó también en el segundo piso del nuevo edificio de El Sol de Sinaloa (en 2007, si la memoria no me falla), movimiento similar.
Y así.
En nuestra carrera periodística, hemos recibo reportes de temblores en los municipios de Guasave y Ahome, sin olvidar jamás el icónico maremoto de la semana santa de 1965 en el puerto de Mazatlán, que venía de Alaska y que nunca llegó, ya con miles de mazatlecos en loca carrera hacia las partes altas de la región.
A una de las cosas que más temo es a hacerle frente a un temblor, en un edificio alto, en la ciudad de México y en horas de la madrugada, para hacer más feo el panorama. Nunca me ha ocurrido y espero que no pase nunca. Toco madera.
Eventos de larga frecuencia entre uno y otro; pero, insisto, con recurrencia mayor durante los últimos años.
¿Estamos?
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Y bueno.
Tras el hecho del miércoles, lo que salió a flote es que Culiacán carece de equipo adecuado para medir intensidad, monitoreo y otras características de estos fenómenos, tras la desaparición de la llamada Red Sísmica de Sinaloa.
Actualmente, algunos de estos equipos operan en el Centro de Ciencias y en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Creo.
En la mesa de análisis de Altavoz de este jueves, Francisco Chiquete hizo una acomedida intervención:
-Y eso ¿Qué? Ningún país puede predecir un temblor con exactitud.
Existen, cierto, las alertas sísmicas que ya operan en la capital del país; pero estas suenan cuando el temblor ya está encima. Si acaso con 60 segundos de antelación.
Alta Gracia González hizo otra precisión:
-Un llamado oportuno, para que se aplique la cultura de la prevención y para que se generalice la práctica de simulacros para evacuación en todos lados, no únicamente en los edificios públicos, en los que ya se hace; pero no con la periodicidad requerida.
¿Cuándo será el próximo temblor?
Nadie lo sabe. Así como puede venirse en cualquier momento, pueden transcurrir muchos años y nada. La ciudadanía, sin embargo, tiene que saber que hacer en esta clase de eventos.
Decimos.
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CORTOS.- El gobernador Rubén Rocha Moya supervisó los trabajos del malecón de la margen izquierda del río Culiacán, en lo que es una de las obras más emblemáticas del Plan Sinaloa y que podría quedar concluida para finales del año pasado. Satisfecho el gobernador por lo observado; pero una pregunta quedó en el aire: ¿Y García Harfuch?...ORALE.- Una indiscutible distinción para nuestra compañera y amiga Eva Guerrero, por la invitación con la que se le giró para participar en un foro internacional de periodismo, celebrado recientemente en la legendaria China. Un galardón más para la inquieta periodista y empresaria de Culiacán. Enhorabuena…EPALE.- Movimiento Ciudadano se apuntó una buena, al lograr que el Legislativo le aprobara una iniciativa para designar un regidor protector de los animales en los 20 municipios de la entidad. Suben los bonos del coordinador de MC y presidente del comité estatal, Sergio Torres…APUNTELO.- La familia de Héctor Melesio Cuén Ojeda honrará su memoria -en el primer año de su fallecimiento – con una misa en el templo del Santuario, ahí cerquita del edificio central de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Se orará por el eterno descaso de su alma…COLOFON.- Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.
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