Columnas
Politizar las instituciones; Columna de opinión de Alfredo Brambila
Por:
Redacción el
22 de febrero de 2021
Imagine que usted presenta una serie de desarreglos en su casa. Está fallando la luz, hay poca presión en las tuberías y aparte tiene un familiar enfermo. Para resolver a eso llama a un eléctrico, a un plomero y a un doctor. Hacen un presupuesto y se pusieron a trabajar inmediatamente. Al cabo de las horas ellos abandonan su oficio y se sientan con usted a la mesa a señalarle cómo lleva la educación de sus hijos, a defender a su esposa o esposo, a hablarle mal de sus vecinos.
Supongo que ante ese escenario a usted le devendría la sorpresa y por supuesto la molestia: “¿por qué se ponen a opinar sobre mi vida si a ellos les pagué para que me dieran un servicio y no mi opinión?, además el tiempo que están utilizando para opinar y meterse en mi vida es el mismo tiempo que deberían usar para trabajar” y además el problema no se resolvió.
Bueno, cuando se politizan las instituciones algo así pasa. Las personas que están ahí, el sueldo que se les paga y los recursos que disponen son para brindarnos a nosotros un servicio (según la institución en la que trabaje). Mientras ellos son funcionarios están ahí para que la institución de la que forman parte funcione, brinde un servicio y nadamás.
Si él usa las plataformas, los recursos o cualquier aspecto de la institución para fines privados o políticos está siendo corrupto. La indignación y la sorpresa también deberían venir.
El uso político de las instituciones. Es decir, utilizar sus recursos para influir en el ánimo electoral o las preferencias políticas de las personas es común y un acto de corrupción.
Esa fue la gran forma de operar de las instituciones durante los años que gobernó el PRI durante el siglo XX y fue una de las razones principales por las que duró tantos años en el poder. Ellos manejaban las elecciones, repartían los apoyos alimentarios en función de si las personas votaban por ellos o no, entre otras cosas.
El poder del PRI se acabó cuando las leyes y el ojo público impidieron que esto se seguiría haciendo, o al menos no de manera tan descarada y sin repercusiones.
Una de las tantas formas en las que se llama a MORENA es el viejo PRI. La razón es que está conformado por personajes que representan el pasado del PRI y por tanto, esos mismos personajes del pasado reviven las prácticas del pasado. La más presente de ellas: la politización de las instituciones.
Los dos ejemplos más recientes son el uso de vacunas y la CFE. Ayer, la CFE, la empresa a la que todos le pagamos para que llegue la luz utilizó las plataformas oficiales (un recurso de la institución) para salir a defender al presidente y criticar a la oposición.
Es decir, la persona a la que nosotros le pagamos para que brindara un servició utilizó el tiempo que le pagamos para brindarnos un servicio en sentarse a la mesa a opinar sobre nuestra casa, nuestra vida y nuestras relaciones.
Y por estar haciendo eso no nos resolvieron el problema, es decir, por están politizando las instituciones no hacen lo que les toca ¿le parece casual que se esté yendo la luz en el país y que estén dejando claro que la CFE está así de politizada?
Ahora, el ejemplo que más debería de indignarnos: las vacunas contra la covid 19.
El plan de vacunación establece que las vacunas se empezarán a vacunar en las zonas alejadas y rancherías, por su ubicación es donde menos posibilidad de contagio hay. El problema está en los cascos urbanos, ¿pero por qué cree que vacunan ahí?
Primero, porque es donde mayor apoyo electoral tienen y hay que refrendar ese apoyo.
Segundo, les garantiza que entre más cerca están las elecciones ellos estarán vacunando en las ciudades donde más población hay y por tanto, con posibilidades mayores de influir en el ánimo electoral de las personas.
Y por si fuera poco, el equipo electoral-territorial de MORENA “los siervos de la nación” han formado parte del proceso de vacunación ¿hay algo que justifique su presencia si no es la politización del proceso?. Esto último es para producir espanto.
Sencillamente no les importa que la gente siga muriendo en aras de poder utilizar un proceso que salva vida con fines electorales y buscar ganar las elecciones. Muchos otorgaron su voto a MORENA creyendo que impulsarían una transformación.
Con sus prácticas están reviviendo las cosas contra las que se ha luchado por años y han demostrado ser igual o peor que lo que tanto criticaban, es decir, a la gente le mintieron por tanto, no hay razones para volverlos a apoyar electoralmente ¿será que la gente lo puede ver o también ya la politizaron?.
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Alfredo Brambila, Columna, politización.
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