El DIF de Sinaloa hizo al menos cinco convenios con Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) para la compra de 102 millones de productos que conforman los desayunos escolares en tiempos de pandemia y con escuelas cerradas, gastando 182 millones de pesos.
El volumen de los artículos comprados fue el mismo que en años previos y, según las actas, fueron entregados en los almacenes y las facturas fueron pagadas, pero al verificar la recepción en las escuelas, en algunos municipios no los recibieron durante toda la pandemia, o de forma esporádica.
Aunque también hubo escuelas donde las entregas fueron en tiempo y forma, ni siquiera la autoridad supo si la totalidad de productos llegaron a las manos de los alumnos, como habitualmente ocurría con las escuelas abiertas.
Concepción Zazueta Castro, directora de DIF Sinaloa 2017-2021 y actual diputada local por el PRI, explicó que mantuvieron los convenios con Diconsa e hicieron el mismo volumen de compra porque “el DIF nacional nos pedía ese padrón, entonces el padrón lo enviamos nosotros, en base al padrón que existía nosotros estábamos haciendo las compras aun estando la pandemia y aun no habiendo clases, ¿por qué? porque estaban identificadas las niñas y los niños que eran beneficiados”.
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El pago total por al menos cinco convenios ascendió a 182 millones 611 mil pesos. El primero fue el número CE-COL-320-2020, firmado el 24 de marzo de 2020 con un monto previsto de 8 millones 381 mil pesos por la compra de fruta y verdura fresca hasta el 31 de diciembre de ese año. Este fue el único convenio que “solo se surtió el mes de marzo de 2020, por cierre de escuelas por la pandemia de COVID-19”, advierte el documento de pago.
Sin embargo, el mes siguiente, en abril de 2020, cuando los estudiantes ya estaban en confinamiento, el DIF de Sinaloa hizo otro convenio, el CE/COL/386/2020, para la compra de mini galleta integral sabor vainilla, polvorón sabor naranja, fruta deshidratada y cereal de trigo, con vigencia hasta diciembre, por un monto de 37 millones 592 mil pesos y que fueron pagados según consta en las facturas.
El más oneroso, con número CCV/221/2021, fue por 107 millones de pesos, con vigencia del 8 de marzo al 31 de diciembre de 2020, por la adquisición de los mismos insumos de desayunos, más bricks de leche que sumaron 29 millones 218 mil productos.
Empleados de siete almacenes municipales aseguraron que los productos llegaron de manera habitual, salvo retrasos de un par de semanas en algunas ocasiones, y con el mismo volumen que antes de la pandemia. Sin embargo, en el municipio de Salvador Alvarado, al inicio del confinamiento, los maestros no querían hacerse cargo de los productos con las escuelas cerradas, hasta que el DIF presionó a los supervisores de zona para convencer a los directores de recibirlos. En Ahome, incluso, entregaron en los domicilios de los profesores, relatan.
Aunque las compras se hicieron de forma habitual, en cinco escuelas de Guasave no recibieron desayunos ni una sola vez entre 2020 y 2021. Así lo narraron maestros de las primarias Fernando Montes de Oca, Agustín Ramírez, 21 de Febrero y Cinco de Mayo.
En el preescolar Francisco Gabilondo Soler de Culiacán, la directora Tania Beltrán aseguró que a veces hubo retrasos en las entregas o les llevaban lo acumulado en algunas ocasiones, pero en otras solo recibían lo correspondiente al bimestre. Mientras que los desayunos que “sobraban” porque los padres no iban a recogerlos, los vendían a personas externas para no desperdiciarlos.
En la primaria Bicentenario de Culiacán solo se entregaron cada tres meses, aunque la entrega habitual era bimensual, informó la directora Carmen Núñez, y el preescolar Belisario Domínguez solo recibió cada seis meses, dijo la directora Gisela Machado.
Otras 10 escuelas consultadas de Mazatlán, Culiacán, Navolato y Ahome, aseguraron haber recibido desayunos durante 2020 y 2021 sin contratiempos cada dos meses y todas las familias los recogieron en las escuelas, citándolos en diferentes horarios.
La investigación de Animal Político
Los DIF de Sinaloa, San Luis Potosí y Veracruz gastaron mil 770 millones de pesos en la compra de desayunos escolares durante 2020 y 2021, aún cuando la pandemia de COVID-19 obligó a los alumnos a tener clases virtuales.
Con las escuelas cerradas, el proceso de distribución fue afectado y en algunos casos los maestros y padres de familia lo resolvieron con sus propios medios, pero en otros, los artículos nunca llegaron a los niños o los recibieron caducos; otros más fueron entregados a beneficiarios de distintos programas, eran vendidos en redes sociales e incluso terminaron como alimento para animales.
Se trató de la compra de 336 millones de artículos para desayunos escolares como bricks de leche, galletas, fruta deshidratada, barras de cereales, que conforman los ‘desayunos fríos’; y atún, sardina, harina, granos e incluso frutas, carnes y verduras para los ‘desayunos calientes’ que se sirven en los comedores escolares.
Sin embargo, ni el gobierno federal ni los estatales previeron un mecanismo que asegurara la distribución de los alimentos mientras las escuelas estaban cerradas, pese a que ese era el punto final de entrega, ni para que el programa cumpliera con el objetivo de brindar alimentación a alumnos de educación básica, prioritariamente en zonas rurales y de alta marginación.
Animal Político revisó cientos de documentos –contratos y órdenes de compra, facturas y actas de entrega-recepción en almacenes– y recogió decenas de testimonios tanto de padres de familia y maestros de las escuelas beneficiarias como de funcionarios estatales en Sinaloa, San Luis Potosí y Veracruz, que demuestran la pérdida de control gubernamental sobre la distribución y supervisión del programa en un periodo en el que los alumnos y los maestros se encontraban en confinamiento.
Los mayores contratos para la compra de desayunos fueron suscritos por Veracruz, que en los dos años de la pandemia adquirió 209.8 millones de productos por un monto de 1 mil 366.9 millones de pesos.
Le siguió San Luis Potosí, que firmó con Diconsa contratos por 221.2 millones en el mismo periodo para comprar, al menos, 24.4 millones de artículos de desayunos escolares.
Por último, Sinaloa pagó 182.6 millones de pesos para la adquisición de 102.5 millones de productos.
Con informació de ANIMAL POLÍTICO