La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró emergencia local e impuso toque de queda en el quinto día de protestas contra la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump mientras se intensificó el uso de la Guardia Nacional ordenada por Washington.
“Llegamos a un punto de inflexión” después de que 23 negocios fueron saqueados, argumentó Bass durante una conferencia de prensa. El toque de queda en el centro de la metrópoli californiana que inició a las 8 pm de ayer para levantarse a las 6 am de hoy.
La medida tomada abarca una sección de 2.5 kilómetros cuadrados del centro de la segunda ciudad más importante de EU, que incluye la zona donde se han producido protestas desde el viernes.
El toque de queda no se aplica a los residentes que viven en el área designada, personas sin hogar, periodistas acreditados o funcionarios de seguridad pública y emergencias, según el jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell.
McDonnell dijo que el “comportamiento ilegal y peligroso” había estado aumentando desde el sábado.
“El toque de queda es una medida necesaria para proteger vidas y salvaguardar la propiedad luego de varios días consecutivos de creciente malestar en toda la ciudad”, dijo McDonnell.
Mientras tanto, el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, solicitó a un tribunal que suspendiera de emergencia la asistencia de los militares a los agentes federales de inmigración, con algunos guardias nacionales protegiéndolos mientras realizaban arrestos, al argumentar que esto solo aumentaría la tensión y promovería el malestar social.
El juez decidió no emitir un fallo inmediato, dando al gobierno federal varios horas para continuar con esas acciones antes de una audiencia para mañana.
Trump activó a más de cuatro mil miembros de la Guardia Nacional y 700 marines a pesar de las objeciones de las autoridades de la ciudad y del gobierno estatal.
El despliegue total de los casi 5 mil soldados tendrá un costo de 134 millones de dólares que cubrirán transporte, alimentación, alojamiento y otros gastos hasta un máximo de 60 días, según cifras compartidas por el Pentágono.
Se extienden por el país
Las protestas que surgieron en Los Ángeles por las redadas de control migratorio y que llevaron al presidente Donald Trump a movilizar a marines y a soldados de la Guardia Nacional han comenzado a extenderse por todo el país, y se planean más para el fin de semana.
Desde Seattle, Filadelfia y Austin, Dallas hasta Chicago y Washington D.C., los manifestantes han coreado consignas, mostrado pancartas contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) y causado embotellamientos en avenidas del centro de distintas ciudades y frente a oficinas federales.
Aunque muchas fueron pacíficas, en algunas se han producido enfrentamientos con las fuerzas del orden, y los agentes realizaron arrestos y usaron irritantes químicos para dispersar a las multitudes.
Los activistas planean realizar manifestaciones de mayor magnitud en eventos llamados “No Kings” (“Sin reyes”) que se llevarán a cabo el sábado en todo EU para coincidir con el desfile militar —y su 79 cumpleaños—que planeó Trump en la capital del país.
El gobierno de Trump dijo que continuaría con su programa de redadas y deportaciones a pesar de las protestas.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, publicó en redes sociales: “El ICE continuará haciendo cumplir la ley”.
Con información de Milenio