‘Me dormí en domingo y amaneció siendo jueves’, dice uno de tantos ‘memes’ que circulan en redes sociales y grupos de conversación tratando de inyectar un poco de gracia a una situación seria, delicada y peligrosa que vive Culiacán, otra vez Culiacán.
Es lunes pero parece jueves, insisten en referencia a las jornadas violentas que marcaron los bautizados como ‘Culiacanazos’ o ‘Jueves negro’, a propósito de los jueves 17 de octubre de 2019 y jueves 05 de enero de 2023, cuando primero se intentó y luego se detuvo a Ovidio Guzmán.
Pero hubo otros jueves que marcaron a la capital: el 25 de julio de 2024 fecha de la captura de Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, y el jueves 29 de agosto pasado, cuando Culiacán se paralizó ante bloqueos y quema de camiones en la zona norte.
Desde el 25 de Julio –y pese al llamado del propio Ismael Zambada de que ‘nada se resuelve con violencia’ porque ‘todos pierden’—la sensación de que Culiacán estaba sobre un ‘barril de pólvora’ ha dominado. La pregunta era cuándo estallaría.
Y parece que este lunes alguien encendió la mecha.
A las 06:00 de la mañana de este lunes 09 de septiembre, un grupo de civiles armados se enfrentó en el sector La Campiña con elementos militares. Dos agentes federales cayeron heridos. Los sicarios huyeron dejando dos camionetas de lujo abandonadas y armamento.
Como reguero de pólvora la noticia corrió por todos lados. Empezaron a circular imágenes de ‘convoys’ de sujetos armados por distintas zonas y las versiones empezaron a brotar como hongos: balaceras en el centro de la ciudad, sobre el Libramiento y la zona sur.
La SEPYC ordenó la suspensión de clases solamente en la zona del conflicto en el sector La Campiña. La UAS decidió cancelar actividades en todo Culiacán en el turno matutino. El día marca lunes pero las calles parecían de jueves negro: lucían vacías y con un silencio raro.
Contrario a sus formas, el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Gerardo Mérida Sánchez, se apersonó en el lugar de los hechos –eso sí, con un evidente chaleco antibalas bajo su camisa—para asegurar que la crisis ya había pasado y que ‘la situación estaba bajo control’ que, es más, no había muertos.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció no estar informado de qué estaba pasando en Culiacán y sostuvo 'esperar que no' sea otro 'Culiacanazo'.
El gobernador Rubén Rocha Moya decidió no cancelar su agenda y asistió a un evento en el Parque Temático donde inauguró las oficinas de COBAES y talleres del Centro de Ciencias, pero en tanto llegaba publicó en su cuenta de red social ‘X’ que la situación estuvo focalizada y reiteró lo que su secretario de Seguridad le informó: ‘todo bajo control’.
Con periodistas que lo esperaban, Rocha amplió su reporte: había dos militares heridos pero insistió en que Culiacán era seguro, por lo que llamó a la gente a no hacer caso a todo lo que circula en las redes sociales.
Pero justamente ahí, en las redes, los ciudadanos narraban otra realidad: calles vacías en la ciudad y lo que es peor, convoys con sujetos armados circulando en varios puntos de Culiacán además de enfrentamientos en la zona sur, por la carretera libre México 15 en la salida rumbo a Mazatlán.
La FGE confirmó incluso que en la colonia Las Vegas fue localizada una persona asesinada.
Los videos, testimonios y versiones compartidos por la gente en plataformas como Facebook y ‘X’, además de grupos de WhatsApp, rebasaron la narrativa oficial.
En hospitales empezaron a llegar heridos: ‘La cosa está fea en Costa Rica’, le alcanzó a decir un baleado a una enfermera. En esa sindicatura, ubicada al sur de Culiacán, reportan la caída de la señal de telefonía.
En su apertura de la conferencia ‘Semanera’, el gobernador Rubén Rocha recibió una llamada de su secretario de Seguridad: ‘que todo estaba tranquilo en Culiacán….hasta el momento’.
Pero no escatimó una recomendación: ‘Si no tienen necesidad de salir, no salgan’.
En la ciudad la gente decidió quedarse en casa, como aquellos jueves que marcaron a Culiacán.
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