El miedo a Teuchitlán. El Gobierno de Claudia Sheinbaum lo ordenó. Y el Fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero lo condujo. A toda costa se busca “sofocar” las consecuencias que pueda acarrear el descubrimiento del campo de entrenamiento y exterminio localizado en Teuchitlán, Jalisco. Se armo todo un “show” mediático al que invitaron a medios de comunicación para “visitar” el rancho “Izaguirre”, lugar de exterminio que al decir de las madres rastreadoras operaron hornos crematorios. Y muestran con fotografías las pertenencias de personas al parecer reportadas como desaparecidas encontradas en ese sitio.
Un mensaje de terror, que sin duda traerá consecuencias de todo tipo, particularmente al Gobierno. Tal y como se montó aquel show para dar a conocer la “verdad histórica” del caso de los 43 de Ayotzinapa, así sucedió ayer. Los actores son otros. En el show del caso Ayotzinapa los actores fueron el entonces Procurador General de la Republica Jesús Murillo Karam y el Director de la Agencia de Investigación Criminal (AUC) Tomás Zerón. La de ayer la encabezó Gertz Manero. Al Gobierno le interesa que el tema no siga teniendo más vuelo. De ahí que han armado una estrategia para desviar la atención y encontrar presuntos responsables lo más pronto posible. Tal cual como el caso Ayotzinapa. Solo que al entonces Presidente Enrique Peña Nieto le fallo por completo su estrategia de sofocamiento con un mal manejo en medios.
Los de ahora parecen haber aprendido esa lección que hundió por completo a la administración de Peña Nieto que quedó marcada con el caso Ayotzinapa. Es probable que lo que sucedió en el rancho “Izaguirre” en Teuchitlán, no se logre esclarecer totalmente. Pero lo que, si es totalmente cierto, el actual Gobierno cargara con ese sello.
Sinaloa, ¿en manos de quién? Luego del 9 de septiembre del 2024, Sinaloa no solo perdió la tranquilidad. La forma de vida que se tenía. Se extravió el Gobierno y el rumbo. Los grupos criminales en pugna establecieron su Ley. Borraron de un plumazo los tres ordenes de gobierno (federal, estatal y municipal). Apareció la Ley de la Selva, con el rugido de las armas de fuego que han bañado de sangre calles, colonias, fracción amientos, rancherías, carreteras. Desde aquel 9 de septiembre a la fecha, el rugir de las armas sigue. En ocasiones contra fachadas de viviendas, el incendio de negocios, batallas a balazos de carro a carro.
Pueblos enteros sometidos por los violentos. Y un sentir de impotencia al observar el fracaso del gobierno por regresar el clima de paz que todos merecemos. Los militares llegaron. Tomaron por asalto todos los cargos de dirección en materia de seguridad. El Ejercito y Marina tienen sus planes.
La Secretaria de Seguridad Publica en el país se asumió con el control de los operativos. ¿Y el Gobernador? Pues tal parece que Rubén Rocha Moya se ha convertido en una “figura decorativa” en esta guerra contra los criminales en pugna. Si, se le invita a las reuniones de la conocida como “Mesa de Seguridad”, en la que la voz cantante la llevan los militares. Hay ocasiones en las que el Gobernador ni siquiera es informado de los sucesos diarios en esa campaña de seguridad. Asi se mostró ayer cuando los medios intentaron conocer la opinión del Gobernados sobre el enfrentamiento entre civiles que se dio en la comunidad de Tomo. Tampoco el que se reporto en El Dorado e incluso se mostró confundido cuando se le preguntó sobre el asesinato del Subdirector de Tránsito. Sinaloa no está en las manos del Gobernador. Su rumbo hoy lo marcan los militares.
Estalla en colera la alcaldesa Estrella. El motivo, la suspensión del proceso de elección del nuevo titular del Órgano de Control Interno del municipio. Guillermo Quintana Pucheta exhibió a la administración de Estrella Palacios al argumentar una serie de irregularidades de la convocatoria y el Tribunal Administrativo ordenó la suspensión del proceso.
Palacios se reunió en privado con sus principales colaboradores y ahí nos dicen que lanzó zapos y culebras. En este caso, han quedado exhibidos no solo la Sindica Procuradora Minerva Osuna y su equipo de asesores. También el Secretario del Ayuntamiento Moisés Ríos y su equipo jurídico, porque bajo su responsabilidad estaba el presentar los términos de la convocatoria y que Secretario, Presidenta y Sindica lo autorizaran.
Hay quienes adelantan que la alcaldesa pareciera haberse hartado de las fallas de algunos de sus colaboradores. Y uno de ellos es ni más ni menos que Moisés Ríos, Secretario del Ayuntamiento que quizás ya telegrafía una posible salida al compartir recientemente en su perfil lo “bueno y mejor” que es estar impartiendo clases.
Regidor morenista cuestionado. Jesser Martinez, regidor de Morena en Mazatlán, se quedó solo. Un buen numero de regidores se pronunciaron en privado contra la actitud de Martínez que fue acusado por su exesposa de haber sustraído con engaños a su hija menor que la trasladó sin su consentimiento a la Ciudad de México. La señora acusó al regidor de intentar aprovecharse de su cargo e influencias para arrebatarle a su niña.
La posición de la alcaldesa Estrella Palacios en torno al tema no fue del todo contundente. En una parte de la entrevista que se le hiso ayer dijo que era un “asunto entre particulares” y se pronuncio porque “entre ellos lo resuelvan”. Desafortunadas por decir lo menos las declaraciones de la alcaldesa cuando debió de haberse solidarizado de inmediato con una madre a la que le habían arrebatado a su niña. El tema de este regidor llegó hasta el Congreso del Estado en donde diputadas demandaron una solución al caso y llamaron a la señora agraviada a acudir a las instancias legales. Ayer al parecer la niña fue entregada a su madre.
Mazatlán, la guerra continua. Las buenas intenciones se estampan contra la realidad. En Mazatlán ayer se reportó a una persona que fue asesinada por un camino que conduce a El Venadillo. Los reportes de despojos de vehículos siguen presentándose. La desaparición de personas igual. La película de terror que se desató desde el 9 de septiembre del año pasado continua presente. En baja escala, sí. Pero aún presente y sembrando el temor entre los ciudadanos.