= Con motivo de la toma de posesión de Madueña
= Tras el desgastante conflicto de meses pasados
= Cálida recepción en el teatro de la autonomía universitaria
= Reitera su compromiso como gobernador y universitario
= El Mensaje directo, en público y en vivo a Imelda Castro
La asistencia del gobernador Rubén Rocha Moya al acto de toma de posesión del doctor Jesús Madueña Molina como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa -así como la cálida recepción de que fue objeto, en el imponente teatro de la autonomía universitaria – deja una lectura aparentemente inobjetable en el sentido de que las agudas diferencias de meses pasados han quedado atrás y que el acontecimiento marca, en efecto, una nueva etapa en las relaciones entre el Estado de Sinaloa y nuestra máxima casa de estudios superiores.
Incluso, en su intervención en la ceremonia, Rocha Moya fue más allá al convocar a un pacto entre sociedad y autoridades para fortalecer a la institución en todos los sentidos y hasta adelantó que ha iniciado gestiones ante el gobierno federal para incrementar el apoyo financiero a la universidad, como un reconocimiento expreso a su significado y su misión en beneficio de la juventud estudiosa de la entidad.
El gobernador no había asistido a los dos últimos informes del rector Madueña al atravesar UAS y gobierno del Estado -involucrados los tres poderes- una situación harto complicada, a causa de las diferencias de criterio en la aplicación de una nueva ley orgánica para la universidad, cuyo punto central era fácilmente identificable: la eliminación del método para la elección de autoridades por mandato de consejo y el regreso, en cambio, a una consulta interna en esa dirección, con la participación de toda la comunidad universitaria, sin excepciones de ninguna naturaleza.
Las desavenencias llegaron a un grado tal hasta de vincular a proceso judicial a los mandos más altos de la universidad, acusados de manejo irregular de las finanzas, de abusos de autoridad y de otros cargos, englobados en un solo concepto: corrupción. Corrupción abierta y galopante. Todo esto, para desembocar en la destitución de Madueña como rector, cargo al que finalmente regresó, con todas las apuestas en su contra.
En efecto, tras la intervención de Claudia Sheinbaum, ya como presidenta de la República, las piezas del rompecabezas comenzaron gradualmente a embonar una a una: el Congreso del Estado aprobó la nueva ley orgánica de la UAS, tras una cuestionada consulta popular; la universidad aceptó la aplicación de la ley; Jesús Madueña volvió a la rectoría y se apuntó como candidato a la reelección, sin ningún obstáculo para ello. Ganó la elección de manera abrumadora y todo regresó paulatinamente a la normalidad en las relaciones gobierno del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) y Universidad Autónoma de Sinaloa.
Bajo esta circunstancia se da el retorno de Rocha al campus universitario, para plantear la cristalización del pacto arriba citado; para felicitar a todos los miembros del consejo supremo por volver a las prácticas democráticas en la vieja casa rosalina y como obligado colofón de tales expresiones, para calificar a Madueña como “un legítimo rector”.
Así las cosas y para fortalecer todavía más su posicionamiento, expresó su “irrenunciable compromiso de continuar apoyando, sin cortapisas, a la gran comunidad de nuestra alma mater: a sus estudiantes, docentes, investigadores, extensionistas, intelectuales, culturales y deportistas”; ratificó lo de su gestión permanente ante el gobierno de la presidenta Sheinbaum en búsqueda de mayores recursos y adelantó, por último, que su administración duplicará el estimulo que concederá la UAS a todos sus medallistas de la reciente Universiada nacional.
Rocha Moya, subrayamos, fue objeto de una recepción cálida y fraternal por parte de los miles de universitarios que llenaron a su máxima capacidad el teatro de la Autonomía Universitaria, localizado en el campus más importante de la institución. De acuerdo, había cierta indecisión al respecto y una evaluación de un eventual recuento de daños; sin embargo, la cordura se impuso y Rocha volvió a sentirse en su elemento en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Corren, por ahora, otros vientos; pero, vamos a ver. En esto nunca se sabe. ¿O sí?
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Y bueno. El doctor Jesús Madueña Molina tomó posesión para un segundo periodo consecutivo como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. La democracia era el espíritu de la nueva ley orgánica de la UAS; pero, inexplicablemente, la reelección se mantuvo en el orden jurídico de la institución.
Madueña Molina permanecerá en su cargo hasta el 08 de junio de 2029. Su primer periodo lo inició el 08 de junio de 2021 (apenas unos días después de la victoria electoral de Rubén Rocha) y lo concluyó este domingo. De esos cuatro años, sin embargo, solo dos años y seis meses ejerció oficialmente su responsabilidad, por las causas en esta columna mencionadas.
Buena parte de su intervención -en la que hablo de planes y proyectos para los próximos cuatro años – la dedicó a expresar su gratitud a Rubén Rocha “por hacerse siempre presente en momentos claves de la vida institucional y por apoyarnos invariablemente en situaciones especialmente difíciles”.
En términos más concretos se refirió al respaldo de la actual administración gubernamental “en la expansión de la infraestructura de la universidad, lo cual se traduce “en una mayor dignificación de la educación a la juventud sinaloense”.
-Sabemos de su gran cariño por la UAS -le dijo al gobernador-; es nuestra convicción, sumarnos al desarrollo y la transformación de la entidad.
Si. No hay duda.
Tras la larga noche, iniciada aquella vez que la 64 legislatura del Congreso del Estado anunció -en su agenda parlamentaria – la creación de una nueva ley universitaria, el sol parece brillar de nuevo sobre nuestra máxima casa de estudios superiores.
Que sea para bien.
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Por cierto. En forma marginal al asunto que lo llevo al campus de la UAS, el gobernador Rubén Rocha Moya dio también nota, la politica, al reconvenir, en público y de manera directa, a la senadora Imelda Castro, quien fuese su compañera de formula en las elecciones constitucionales de 2018 y que ahora está de nuevo en la cámara alta del Congreso de la Unión, tras concretar su reelección en 2024. El propio Rocha lo confirma recurrentemente: su ronco pecho no es almacén.
¿Qué le dijo a su compañera de partido y senadora de la República, Imelda Castro, al saludarla antes de su participación oficial?
-Fuimos compañeros de formula; pero nada más me dejó en el camino y luego la agarró por su cuenta y es la segunda en que va…Por cierto, no percibo ganas de que quieras terminar como senadora; pero, bueno, tu sabrás que es lo que haces…
Rocha tiene toda la razón. Imelda Castro no piensa concluir su periodo como senadora de la República, el cual vence el 31 de agosto de 2030. Tampoco quiere ser candidata a la presidencia municipal de Culiacán, ni mucho menos. Lo que desea, evidentemente, es la candidatura de su partido al gobierno de Sinaloa, más ahora que se asegura que no será candidato sino candidata en nuestro Estado.
Los tiempos de la Cuarta Transformación son exactamente igual a los del PRI, quizás corregidos y aumentados. La presidenta Claudia Sheinbaum, en efecto, dirá la última palabra en la decisión de candidaturas de su partido a gobiernos estatales (el año venidero, a propósito, se elegirá a 16 de ellos); pero la opinión de los gobernadores en funciones también será tomada en cuenta y de manera importante.
Imelda anda en plena campaña, ni duda cabe, a través de las redes sociales. Ya hasta debutó como conductora de “pulmonías” en el puerto de Mazatlán, entre las cosas que se les ocurren a los señores y las señoras de la política.
Claramente, sin embargo, no tiene el apoyo de Rocha. Y claramente, las simpatías del gobernador están del lado del senador Enrique Inzunza y de la diputada María Teresa Guerra Ochoa, para cubrir las dos alternativas. ¿Dudas…?