Año de 1864 México estaba dividido entre la República Juarista y el Imperio Maximilianista. Juárez por aquí y por allá invitado por el emperador mexicano-austriaco Maximiliano Fernando de Habsburgo para incorporarse al gabinete imperial corría por todo el país. Mientras eso sucedía en la capital mexicana los conservadores, la clase fifí del siglo XIX, se arremolinaba a la no mal parecida pareja imperial, la emperatriz Carlota acudía a misa y caminaba por las calles de Tepito, la clase aristócrata mexicana no toleraba los comportamientos de la emperatriz, pero aun así buscaba incrustarse en la corte de damas reales, los hombres por su lado acompañaban al emperador en sus giras con la esperanza de ser bendecidos dentro del consejo de ministros y asesores imperiales.
Maximiliano y Carlota de inmediato mezclaron las costumbres europeas con la cultura mexicana, y prueba de ello están las crepas de huitlacoche, los frijoles y el pulque también se combinaron en el paladar europeo, con el choque de gastronomías mexicana y europea se vieron cambiadas en el orden las tradiciones dentro del calendario cívico nacional y las festividades de antaño. El México independiente desde 1824 a 1864 le daba mayor realce y festejo al día de los santos reyes del 6 de enero, en esos años se recuerdan festejos íntimos en los hogares y pocas decoraciones, solamente en ese lapso de tiempo el presidente Antonio López de Santa Anna en 1846, ordenó que la fuente de la alameda central fuera llenada de sidra para que la población festejara el triunfo en una batalla frente al enemigo norteamericano, la sociedad mexicana como nunca en su historia se puso una parranda buena.
Así con esa radiografía llego la nochebuena de 1864 ¡Oh sorpresa! La emperatriz Carlota sorprendió a los jerarcas de la iglesia católica y a la clase aristócrata mexicana con un inmenso pino adornado con esferas y luces europeas, la navidad de 1864 se festejó junto con el novedoso pino en el Castillo de Chapultepec. Para 1865 la navidad fue mas fastuosa y ya había pinos por doquier, mientras la clase baja para no quedarse atrás decoraba árboles de papache u ornamentales para que no pasará de noche la fecha, con el fusilamiento de Maximiliano en 1867 la navidad se congeló y la tradición del pino poco a poco fue olvidada
En 1878 el general Miguel Negrete retoma la tradición y en su casa instala un pino de heno con un gran nacimiento, con la idea de Negrete hasta nuestros días regresa la tradición y en sus años las familias presidenciales decoraban su pino y cantaban villancicos, en más de una ocasión los nietos y sobrinos nietos del general Porfirio Díaz después de abrir sus regalos acompañaban a su abuelastra Carmen Romero Rubio de Díaz a los hospicios para repartir regalos, desde esa fecha a nuestros días las familias que habitaron el Castillo de Chapultepec y los Pinos siguieron con la tradición.
Cada familia presidencial tiene su estilo, lo mismo bailar valses calabaceados como los Obregón o Elías Calles, que imponer por mandato presidencial de Pascual Ortiz Rubio bajo la navidad de 1930 la llegada de Quetzalcóatl en lugar del tradicional Santa Claus, según el presidente los niños en lugar de preguntar ¿Qué te trajo santa Claus? Iban a preguntar ¿Qué te trajo Quetzalcóatl?, así han transcurrido las navidades mexicanas.
Pd: La familia presidencial se pinta sola para festejar lo mismo la navidad que el año nuevo, siempre las festividades se engalanan con lo que mejor se puede, los presidentes en su momento retomaron la idea de Porfirio Díaz el cual hizo tronar cuetes y luces en el Castillo de Chapultepec para recibir al año nuevo de 1900.