Se despide mintiendo. El Presidente López Obrador aseguró ayer desde El Rosario, que “ya se está poniendo orden en Sinaloa”. Y horas después en Culiacán se reportó el hallazgo de 8 cuerpos de hombres asesinados, en el interior de una camioneta abandonada a la salida al sur de la capital sinaloense. ¿Cuál orden?
En lo que fue su última gira como presidente a Sinaloa, López Obrador a cuatro días de entregar su cargo, vino a inaugurar los distritos de riesgo de la Presa Santa María. Y lo hizo acompañado por la Presidenta electa Claudia Sheinbaum. López Obrador volvió a reiterar el propósito de la presencia militar en Sinaloa de “evitar las confrontaciones”. Apuntó “evitar los enfrentamientos porque no queremos que nadie pierda la vida”.
El Presidente nunca entendió que el reclamo de los mexicanos era y es simplemente “aplicar la Ley”. El volver a Sinaloa y reiterar que las fuerzas armadas en Sinaloa han venido para “proteger a los sinaloenses” y “que puedan ir los niños y niñas a la escuela y andar con libertad por las calles”. ¡Por favor! Que alguien le diga cómo se vive la realidad en estos momentos en Sinaloa. Todos en su sano juicio rechazamos la guerra. Pero todos estamos de acuerdo de que existe una Ley y que se debe de hacer respetar. Así como el Presidente ha desatado en todo su sexenio una intensa campaña en contra de los medios de comunicación, de algunos periodistas, de empresarios, que han sufrido persecución de parte del Gobierno Federal, así ojalá hubiera actuado contra el crimen organizado. Contra los carteles que hoy tienen sumidos en la violencia a muchos estados del país, incluido claro está Sinaloa.
El Gobernador Rubén Rocha Moya en el evento de ayer pidió a la Presidenta electa Claudia Sheinbaum que continúe apoyando a Sinaloa para el restablecimiento de la paz. No han entendido que por más militares que concentran aquí, han sido incapaces de frenar la ola de violencia que se vive. Que le avisen al Presidente que en Culiacán y otros municipios azotados por la violencia, las niñas y niños no acuden a clases presenciales por el temor de sus padres de quedar en medio de las balaceras. La realidad nunca la vio López Obrador, ni en los últimos momentos de dejar el cargo. Habrá que esperar si la Presidenta electa tiene esa visión real y otra forma de buscar resolver el grave flagelo de la violencia con todas sus secuelas que han lastimado y siguen presentes en estos momentos.
Los mensajes…¿Para quién? Dos fueron los hechos que marcaron ayer la visita del Presidente López Obrador y la Presidenta electa Claudia Sheinbaum a Sinaloa. El primero llegó desde el cielo. Miles de volantes cayeron del cielo volantes. Unos dicen que fueron lanzados desde avionetas. Otros desde drones. Lo cierto es que cubrieron prácticamente todo Sinaloa y más allá.
El otro mensaje fue desde Culiacán en donde por la tarde-noche de ayer viernes se reportó el hallazgo de una camioneta en cuyo interior se encontraron ocho cuerpos de personas asesinadas. En un costado de la camioneta se escribió un mensaje: “Bienvenidos a Culiacán”. ¿Para quién sería el mensaje? Para López Obrador y Sheinbaum que precisamente ayer visitaron Sinaloa. O para el otro grupo que pelea por el control del Cartel de Sinaloa.
Son infundios dice el Gobernador. En clara alusión a los mensajes que cayeron ayer desde el cielo. El Gobernador Rubén Rocha Moya volvió a aprovechar la visita del Presidente y de la Presidenta electa para asegurar que “son infundios” los que se dicen. Y adelantó que la situación va caminando para restablecer el orden Sinaloa.
El discurso vertical en el manejo del tema de la violencia que azota a Sinaloa, no concuerda con la realidad que se vive. Con lo que en estos momentos pasa con cientos de familias sinaloenses. Con el cierre algunos temporales y otros definitivos de comercios en Culiacán. Con la resistencia de los padres de familia en enviar a clases presenciales a sus hijos. Porque precisamente los hechos violentos no acaban.
Cercan Cámara de Diputados. Entre los preparativos para la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México este 1 de octubre, está la instalación de vallas metálicas alrededor de la Cámara de Diputados. No quieren en Morena y sus aliados tener dolores de cabeza en esa ceremonia.
Atrás quedaron aquellas proclamas de la izquierda de que el pueblo tiene derecho a tener acceso. Hoy son los que han ordenado aislar al pueblo de la ceremonia curiosamente de la proclamada “presidenta del pueblo”. Pero también paralelamente a esta orden, llegó la otra de cerrar el recinto legislativo de San Lázaro a los mismísimos empleados. A todos ellos se les dio el día de asueto. Pero el fondo de la orden fue para evitar que gente extraña se introdujera al recinto y les eche a perder la fiesta. ¿Cuántos serán los invitados especiales”?
Los representantes y Presidentes de otros países. Habrá que verlo, pero se menciona que apenas el 30 por ciento de los invitados o países del Mundo asistirán. Uno de los excluidos es España, por un pleito de lavadero sin sustento real. Porque España no respondió a la carta que envió López Obrador para que pidieran una disculpa al pueblo de México por los abusos cometidos en la conquista. ¡Por favor!
Lo peor es que esta demanda la secundó Sheinbaum, que con eso se bajo al nivel del pleito de lavadero, cuando ella está llamada para elevar la visión de un país como el nuestro y rescatar el respeto que en los últimos años ha perdido México.
Hay temor. Ciertos o falsos los llamados a una especie de “toque de queda” están surtiendo efecto en Mazatlán. Pero lo contundente son los “levantones” que por redes sociales se cuentan en gran número.
Apenas cae la noche la vida de Mazatlán registra un poco afluencia en las avenidas del puerto. Las taquerías se muestran prácticamente desiertas. Hay negocios que han decidido a cerrar más temprano que lo normal.
Ajustaron horarios. El temor cabalga por las avenidas, calles, colonias y fraccionamientos de Mazatlán. En la zona rural ni se diga. Los reportes son de que las familias se recogen en sus casas desde temprana hora. Nadie se quiere exponer. El Gobierno tendrá que hacer algo más de lo que ha hecho y está realizando. Reponer la tranquilidad no es poca cosa. Pero se puede, para evitar en lo posible un mayor daño a la economía del puerto.
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